Cierto poderoso y reconocido hombre de negocios, tenía una desmedida ambición por el dinero.
Cuando llegó el momento de irse de este mundo, ya en su lecho de muerte, mandó a llamar a las personas más cercanas a él y les dijo:
-Siento que voy a morir muy pronto, pero les puedo asegurar que si ustedes me ofrecen dinero en este momento, lo tomaría y lo introduciría en mí bolsillo.
Y 15 minutos después el hombre fallecía…
El Rab. Eliahu Loppian Z”L dijo al escuchar esta historia que si una persona no trabaja para extirpar una mala cualidad, esta no esfumará automáticamente, sino que más bien lo acompañara hasta el sepulcro.
Que el todo poderoso nos dé el mérito de desarraigar nuestras malas actitudes, para poder enriquecer las cualidades positivas. Amén