Dijeron nuestros sabios:
La presencia de Di-s y la profecía, no reposan cuando hay tristeza, sino únicamente cuando se esta con alegría.
De la misma manera sucede cuando se realiza una buena acción o se eleva una plegaria, para que ellas sean plenamente alcanzadas, se debe sentir una profunda alegría al llevarlas a cabo.
Por ello se debe despertar en nuestros corazones una intensa dicha al poder reconocer aunque sea solamente no, de entre los miles y miles de favores y beneficios que nos concede Hashem desde que fuimos creados y a lo largo de nuestra vida.
Vale la pena entonces hacer un pequeño ejercicio mental y descubrir cuantas cosas buenas que nos han sido otorgadas, quizás sin ser merecedoras de las mismas, y así comenzar a sentir una verdadera dicha, que nos pueden llevar a alcanzar un crecimiento interior sin limites y lograr que nuestras súplicas sean concedidas.